
Sin duda, el plato fuerte de nuestro viaje a lo largo de Pakistán fue la visita que hicimos a la Tribu de los Mohana, una comunidad con unas tradiciones de pesca y caza que me dejaron completamente asombrado y que, por desgracia, está afrontando un desafío que puede provocar su desaparición.
Se trata de una tribu que se asienta en las orillas del lago Manchar, y allí es a donde llegamos tras innumerables horas en bus seguido de un pequeño trayecto en una barquita de madera. Desde el bote, creando una línea a lo largo del lago, empezamos a ver sus casas hechas de troncos de madera y restos de otras estructuras.


Los Mohana son conocidos por hacer vida dentro del propio lago
sobre grandes casas flotantes.


Esta tribu es conocida por hacer vida dentro del propio lago, sobre grandes casas flotantes en las que vivían una o varias familias sin necesidad de tocar tierra en ningún momento, porque la abundancia en pesca y aves les cubría sus necesidades.
Sin embargo, ya desde el trayecto en bote empezamos a ver que la realidad actual es muy diferente. Debido a la construcción de infraestructuras de drenaje y el aumento de la salinidad y la contaminación del lago, los Mohana se han visto obligados a asentarse en sus orillas en unas casas muy precarias construidas por ellos mismos. Actualmente sobreviven pescando los pocos y pequeños peces que quedan en el lago y cazando las pocas aves que continúan pasando por aquí en sus grandes migraciones.
Una vez pisamos tierra empezó el momento que más me gusta: encontrarnos dos culturas diametralmente distintas, hablar (con la ayuda de un guía/traductor), mezclarnos, preguntar y compartir.

“La pesca del día”

“Reunión familiar”
Lo curioso es que aunque hemos llegado hasta aquí a conocerles a ellos y su cultura, en muchas ocasiones terminamos siendo nosotros los que acabamos respondiendo a sus preguntas, creándose un intercambio realmente enriquecedor para todos.
Fue en una de estas conversaciones cuando los Mohana nos contaron una de las cosas que les hacen tan fascinantes y diferentes: sus métodos de pesca de peces y caza de aves, que han desarrollado a lo largo de los años.
El lago Manchar es un punto de paso de multitud de aves migratorias, así como el hogar de muchas aves acuáticas. Los Mohana lo saben y lo explotan de una forma muy curiosa que sin duda te va a sorprender tanto como me sorprendió a mí. Y es que, literalmente, se convierten en aves para cazar a otras aves. Me explico:
Los hombres Mohana se ponen un ave disecada en la cabeza para
parecer aves nadando por el lago Manchar.
Los hombres Mohana elaboran una especie de sombrero con un ave disecada, creando una estructura de ramitas en su interior para poder acoplarla cómodamente a su cabeza. En el momento de la caza, se sumergen en las embarradas aguas del lago, dejando sólo a la vista el ave disecada y los ojos del cazador. De esta forma las aves salvajes sólo ven a otro ave nadando tranquilamente pensando que es un buen lugar para encontrar comida y descansar. Ese es el momento que el cazador aprovecha para atrapar las aves con sus propias manos por debajo del agua. Fácil y sencillo, pero sobre todo único y muy creativo. Tuvimos la suerte de poder ver estos sombreros/pájaro y contemplar esta técnica en directo.






La mayoría de las aves cazadas mediante la técnica anterior acaban en la cazuela sirviendo como alimento, aunque algunas terminan conviviendo como mascotas de los propios pescadores y ayudándoles en la pesca.
Rápidamente te das cuenta del tipo de aves que usan para pescar al pasear por las orillas del lago y ver la cantidad de garzas que hay apoyadas y atadas con un cordel sobre unos palitos esperando a que los pescadores se las lleven de pesca. Este ave tiene un pico largo y puntiagudo que usa para ensartar pequeños peces que pilla desprevenidos para después comérselos. Los pescadores aprovechan esta habilidad natural de la garza, atando un sedal a su pico para evitar que se traguen a sus presas y poder quitárselas.
Los pelicanos y los Mohana generan una curiosa simbiosis de la que ambos salen beneficiados.
Dato curioso: así como las garzas sí mantenían su carácter salvaje (poco amistosas y asustadizas con las personas), los pelícanos generaban con los Mohana una curiosa simbiosis.
Resulta que los Mohana tienen pelícanos domésticos, criados desde su nacimiento y entrenados para pescar junto a ellos en el lago. Para quedarse con las presas, les atan un cordón al cuello con un diámetro que les impide tragarse los peces pero que les permite respirar y cazar con normalidad. Es muy, muy curioso ver cómo los pelícanos van andando al lado de las personas de la tribu como si se tratara de una mascota.




En una de estas conversaciones, poco antes de irnos, nos contaron algunos de los desafíos a los que se están enfrentando debido a la degradación ambiental y los cambios en su entorno. La contaminación del lago Manchar les ha dejado sin agua potable y esto junto con la disminución de los recursos, están poniendo a prueba su resistencia y adaptabilidad.
El potencial turístico de la comunidad Mohana es innegable, ofreciéndonos una experiencia única y auténtica dándonos la oportunidad de sumergirnos en su mundo, su tradición y sus desafíos. Sin embargo, es crucial interactuar con ellos desde el respeto y la sensibilidad hacia su cultura y su forma de vida. Espero haber arrojado algo de luz sobre la importancia de conocer y valorar la diversidad cultural de Pakistán, especialmente la rica herencia de los Mohana.